Consideraciones críticas, situación actual y necesidades en la formación del profesorado...Por Alma Adriana Carmona E.


INSTITUTO MEXICANO PARA
LA EXCELENCIA EDUCATIVA, A. C.
PARTICIPA CON LA UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL UNIDAD 094
RED DE INTEGRACIÓN EDUCATIVA Y EDUCACIÓN INCLUSIVA DE LA UPN
ENCUENTRO REGIONAL METROPOLITANO DE EDUCACIÓN INCLUSIVA

Tema: Retos y necesidades de formación profesional en la construcción de aulas de aprendizaje incluyentes.

Titulo de la ponencia: Consideraciones críticas, situación actual y necesidades en la formación del profesorado en atención a la diversidad en el contexto de la escuela regular.

Resumen del tema: Se anexa en una cuartilla.

Forma como será abordado: Lectura a consideraciones críticas sobre retos y necesidades de formación profesional que se presentan en el Sistema Educativo Nacional en la construcción de aulas de aprendizaje incluyentes.

Nombre del ponente: Lic. Alma Adriana Carmona Enríquez.

Adscripción institucional: Coordinadora de Capacitación de la Dirección de Inclusión Educativa del Instituto Mexicano para la Excelencia Educativa, A. C.

Teléfono ofna: 55 96 70 40 ext. 43, 40, 41.
Teléfono particular: 044 55 18 36 28 02
Correo electrónico: acarmona@excelduc.org.mx
Situación actual y necesidades en la formación del profesorado en atención a la diversidad en el contexto de la escuela regular.

Presentación de tema:

Agradezco la invitación y este espacio reflexivo donde podremos intercambiar experiencias significativas del proceso y el significado de lo que, en el contexto mexicano ha sido el intento por la integración escolar frente a la inclusión educativa, desde la formación profesional, la capacitación y la actualización.

Poder pensar en las necesidades, posibilidades, limitaciones y obstáculos que los docentes encuentran con frecuencia en el nivel institucional para hacer de la inclusión educativa una realidad en México, es francamente provocador; ya que la construcción de posibles modificaciones en el quehacer pedagógico aún está porvenir.

Propuestas hemos encontramos muchas, buenas ideas e intenciones poco sistemáticas también, esfuerzos parciales y truncos existen; la dificultad se presenta en el terreno de lo concreto y su factibilidad dentro de un sistema educativo que no facilita un margen movilizador de recursos y, con mayor atención debemos poner el acento en la observación del proceso operativo en el momento de cumplir con el compromiso para incluir y no excluir, ahí se presentan las grandes resistencias, es en este espacio donde estamos detenidos, es decir, no hemos avanzado de cara a la transformación del paradigma docente clásico que, permita modificar hasta transformar la institución educativa excluyente en inclusiva, siendo ésta la situación actual con la que nos enfrentamos las instituciones que pretendemos formar, capacitar y actualizar a los colectivos docentes que tienen interés o no, en atender a la diversidad en el marco de lo que hemos llamado inclusión educativa.

Tema:

Las concepciones y formación puesta en el aula, a partir del que enseña, distan mucho de entender que son tiempos de cambios radicales en las formas de enseñar para que todos aprendan, lo cual evidencia el producto de una formación sesgada a la enseñanza de los iguales, de lo homogeneo. Situados en un paradigma donde la visión global docente, permitiera asumir al grupo en la heterogeneidad, sólo podríamos intentar, construir proyectos de inclusión institucional de buena calidad que respondan a la concepción de la diversidad, entendida como un valor educativo, humano y de crecimiento profesional con un alto compromiso social, ciudadano.

Pero no, esta no es nuestra realidad, no son los pasos que claramente como política pública educativa se implementen y se sigan, al interior de las escuelas, todavía las familias de los estudiantes con algún tipo de discapacidad o diferencia social, étnica, religiosa o hasta de preferencia sexual temprana, se sienten y viven con frecuencia en la incomprensión, en la insensibilidad, en la incapacidad de atención de una buena calidad educativa y humana que promueva mejores relaciones interpersonales y de respeto a las diferencias, sin duda hay avances, pero éstos son y serán insuficientes sin una verdadera conciencia política educacional de cambio. Por lo que los estudiantes y sus familias permanecen en el mejor de los casos en la escuela común o regular bajo el esquema del favor y no como un derecho humano y constitucional reconocido por la comunidad educativa.

Los estudiantes que no entren en el perfil de atención de: entre menos se les note mejor, entre menos retos me presente mejor, ya de facto tengo un grupo numeroso, entre menos me actualicen o capaciten en el tema de inclusión educativa mejor, porque así no me tocaran esos alumnos, etc. están destinados por estas concepciones a una larga vida escolar de discriminación y rechazo; estudiantes diferentes por discapacidad, por nivel socioeconómico bajo, por ser migrantes etc., no entran en el esquema de la escuela regular, de una escuela plural, de una escuela común a todos y, seguirán quedando en modelos exclusivos y de selección en el espacio de lo especial, es decir, en centros educativos especiales con características de especialidad y no de realidad social. Sí, y no crean que lo que digo es una canción o un versito rimado.

Lo que leo es la realidad de un alto porcentaje de colectivos docentes que desde la institución escolar quisieran mejoras de todo tipo, sin antes reflexionar en su quehacer y su práctica docente, sin una revisión introspectiva que les oriente a una mejora continua desde el ¿cómo pretendo desarrollar habilidades y competencias dentro de un grupo plastificado?, porque así lo conciben como si éste fuera plano, sí, un grupo que se ve desde una sola óptica y no desde varias perspectivas, debiera verse desde diferentes actividades y materiales para enseñar un solo concepto. La realidad es , “No, eso es muy complicado, como crees”, nos dicen con frecuencia en la capacitación.

Por lo que este evento, es un excelente ejercicio de reflexión y de búsqueda, de apuesta concreta para estudiantes y docentes que hemos sido convocados para intentar visualizar una construcción más real de una escuela común a todos, plural en su concepción y diversa en su valor educativo. Por tanto, hablemos de:

¿Que significa transitar por el reto de la inclusión educativa para el docente de la escuela regular? ¿Cómo lo ven los diferentes grupos sociales con los que tendrá que interactuar?
Familia, directivos, compañeros docentes, los otros alumnos, su propia familia?.

Significa para la familia del estudiante, que es un sujeto con vocación, con amor a sus alumnos, que se dedicará hasta el amanecer a pensar como le enseñará a ese hijo o hija que es diferente. Para la institución escolar, directivos y compañeros significa una asignación importante del alumno con dificultades en el aprender o con formas específicas para aprender, más allá de ver a la persona primero. Significa también que se le ha tenido en cuenta para tan gran encomienda, que le interesa el tema y la inclusión como movimiento socio-educativo, que sabe él para qué enseñar y como hacerlo, se le inquiere, se le exige buenos resultados, se le invita a sumarse a un equipo de especialistas que deberán acompañarlo en su proceso, me refiero a los equipos de USAER, se le incita a producir teoría y a contrastarla con su realidad, se le convoca y en ocasiones se le obliga a perder la seguridad de años que le ofrece su propia forma o metodología para enseñar, para aventurarse y descubrir, inventar, repensar e implementar lo inimaginable para él desde luego y, para los otros. La sociedad espera de él o ella que se sitúe como sujeto constructor de su propia praxis y además que, ésta, sea de éxito.

Dicho esto, quien expresa un sí, al reto de la inclusión se ve prontamente cercado por demandas que deberán ser cumplidas a satisfacción de cada grupo social. Y no es que el docente no pueda hacerlo, sino que la propuesta tiene que edificarse en primer lugar, en el marco de un espacio-tiempo-recursos, donde se posibilite la reflexión, el intercambio, la intención de compartir experiencias y en cada sujeto el eco de su proceso dialógico, su experiencia y sobre todo su deseo por seguir aprendiendo con humildad, le asegure reafirmarse sobre lo que le interesa y desea para su propio destino profesional.

Conjuntamente a ello trabaje sobre proyecciones que reivindiquen la posibilidad de crear y revalorar la posición de su actuar, de su pensamiento, de sus ideas, frente a lo que realmente sucede en la escuela. Si el docente no abre la posibilidad de cuestionarse el significado de lo que transcurre en el día a día en el acto transversal de aprender, simplemente se quedará al margen del paradigma de transformación hacia la buena calidad educativa en inclusión. Las respuestas de los estudiantes al aprender y como lo logran, brinda la posibilidad de aperturar el qué y cómo enseño.

Pensar en la forma que tengo de hacer lectura de la realidad, de lo cotidiano en la escuela, de lo que acontece con mi forma de enseñar, pensar en los aprendices como producto de mis propias rutinas, marcos teóricos y referenciales así como, pensar en mis saberes como parte de la construcción social y educativa, me obliga a replantear mis horizontes y las oportunidades que cada uno ofrece. Ya que los estudiantes son: el producto de mi quehacer pedagógico cotidiano, pero ésta postura no es clara en la mente docente, por tanto poco se cuestiona sobre el impacto de su quehacer en los Otros y la influencia que tendría en la transformación de la institución escolar.

Es importante en la revaloración del quehacer educativo, plantear que, cada docente está inmerso en el enigma de aprender-enseñar-reaprender y sumar a su práctica, partimos de que es un sujeto con saberes específicos que debe ser respetado, valorado, cuestionado y en ocasiones hasta rescatado de sus propias concepciones.

Es claro que si la institución escolar no toma a la diversidad como un valor educativo y humano, como un frente común ineludible, donde lo diverso y su pluralidad se erija como la impronta de lo cotidiano y por ello lo real, lo atendible con buena calidad, no daremos el paso definitivo desde la institución, quedando así debilitada, aún... cuando contamos con un Programa Nacional de Fortalecimiento desde la administración anterior.

Sí la institución y la sociedad civil no asumimos corresponsablemente que es necesario transformarnos y apoyarnos a la luz de reconocer la coexistencia de elementos variados, de factores diversos, dispares, opuestos o coincidentes pero no iguales, no saldremos del gran estacionamiento en el tiempo, en el que nos hemos quedado. En la relación espacio-tiempo el espacio se ve acotado por la necesidad de atender con mayor frecuencia a un número más amplio de estudiantes con diferencias muy marcadas, donde la institución escolar como tal, se está rezagando por falta de recursos, la política o la norma podrá ser claramente enunciativa, “vamos hacia la inclusión en las escuelas regulares”. Donde nos estacionamos es en la operatividad, no son suficientes los docentes de USAER ni lo serán jamás para la demanda existente; entonces no es ampliar la plantilla de la educación especial en las escuelas regulares la medida, sino, una política pública donde todos los docentes regulares en activo, se capaciten en el tema de inclusión, en estrategias diferenciadas de atención, en materiales de construcción para diferentes estilos y ritmos de aprendizaje, en espacios de reflexión donde las conciencias se vayan transformando para crecer juntos en comunidades incluyentes que tomen en cuenta la realidad para autodeterminarse curricularmente en proyectos institucionales y no solamente sigan el juego a un sistema social y político que somete y refuerzan modos establecidos, sin poder avanzar significativamente.

En tanto como política educativa, se sigan manteniendo modelos de exclusión como las escuelas especiales tanto públicas como privadas, el eslogan de todos a la misma escuela, no es real y seguiremos bloqueados, desperdiciando así la oportunidad de vivir y ver en estos factores dispares, precisamente la riqueza y el fortalecimiento de la institución escolar inclusiva y no exclusiva.

Uno de los grandes obstáculos en la concepción de los docentes y en el tiempo real de trabajo para incluir, la dicta el propio sistema educativo, que mecanicamente no brinda tiempos específicos para la realización de, primero: un análisis curricular individual y colectivo que se adecue al contexto escolar, segundo una reflexión en las metodologías de enseñanza y tercero un tiempo para adecuar, ajustar o bien realizar provisiones curriculares que permitan la praxis y no solamente una replica mensual o anual de práctica docente homogénea que cubra con unos mínimos que no dejen satisfecho ni a los grupos sociales ni al propio docente.

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